Una novela con epílogo incierto se recrea en Matute con la renovación del contrato de Kevin Quevedo para que Alianza Lima sea su casa que lo cobije por un tiempo más prolongado.
El futbolista es el protagonista principal y los actores de reparto el padre del futbolista y la dirigencia de Alianza Lima, puntas de lanza que apuntan a diferentes direcciones en el trato económico.
Alianza Lima quiere renovar un nuevo compromiso pero su oferta no satisface el requerimiento del padre que pretende un incremento rápido y furioso. Sus pretensiones se estrellan con la economía del club que no está en condiciones de desembolsar los dólares que no sobran entorno a las murallas victorianas.
El padre si bien vela por los intereses del hijo, le gana la ambición de asegurar la parte económica de la familia con un jugoso contrato que lo podría pagar Real Madrid, Barcelona o la Juventus, pero Alianza Lima está pensando si su economía llega en azul a fin de año.
Kevin Quevedo ajeno a todo lo ocurre en La Victoria fue visto en la Embajada de Estados Unidos tramitando su visa de ingreso a territorio estadounidense lo cual confirma que el potrillo aparece en la convocatoria para los amistosos de setiembre ante Ecuador y Brasil.
Kevin Quevedo es un futbolista joven en pleno proceso de maduración con un promisorio futuro, de destacar acá o en Sebastopol. Condiciones tiene pero no es todavía una súper estrella camino al altar que ocupan los dioses de la pelota.
Estar en la selección peruana le puede ser útil porque los cazatalentos prefieren contactar con jugadores seleccionados y tener mejores argumentos para colocarlos en alguna liga atractiva.
Quevedo necesita el manejo de un manager experto en estos avatares de colocar jugadores. Es sabido que estos empresarios tienen los contactos y pleno conocimiento del terreno que pisan.
Se quiere lo mejor para el aliancista, llegar a un acuerdo sin demora porque el futbolista necesita estar enfocado en jugar, que vea en Teófilo Cubillas a un referente.
Le toca también a Ricardo Gareca su responsabilidad de sacar lo mejor de Kevin Quevedo para que pueda mostrarlo como pieza de recambio en el largo camino a Qatar 2022.
Dependerá de Gareca ponerlo ante ecuatorianos o brasileños pero bien se sabe que el ‘Tigre’ juega con sus piezas confirmadas. Es decir con los habituales titulares y solamente por necesidad extrema se anima a poner en la cancha a los suplentes.
Sin embargo, es lo de menos, estar en el equipo bicolor resulta beneficioso para que sea apreciado en el extranjero. De hecho es un privilegio adicional estar en el equipo subcampeón de América.
Si continúa en Alianza Lima o se va a jugar al extranjero, Quevedo deberá preocuparse en hacer el fútbol que no altere posesionarse en una actividad corta a no ser que piense como Claudio Pizarro de larga trayectoria en la Bundesliga.
Kevin Quevedo por lo pronto ya ganó un protagonismo fuera de la cancha, que lo haga dentro de ello es lo que espera la gente que lo aplauden en cada jugada, en cada gol.