No sólo la usura está en el abuso del prestamista de dinero; no. Nos lo dice el diccionario del idioma español, según su academia o RAE: Usurero/usurera: “Persona que presta con usura o interés excesivo y Persona que en algunos contratos o negocios obtiene lucro desmedido”.
A la vista de cómo nos trata “la banca”, queda demostrado y justificado el titular que hoy empleo; puesto que ya “los usureros, hombres y mujeres; que sientan sus culos, en los sillones donde se ordena y manda (el nombre de la empresa, simplemente es el parapeto, para ocultar las realidades que en la sombra imponen los verdaderos usureros-usureras) y desde donde disponen, “el llevarse cada año, esas brutales e inexplicables cantidades de dinero que se reparten cada uno, de esos despreciables individuos, y que por su cuantía e impunidad, debieran ser consideradas como delitos criminales, con castigos a tenor de lo que ello representa, en perjuicio de unas atenciones o servicios, que cada vez limitan más, si es que ya les queda alguna por limitar.
¿Pero por qué se ha hecho todo ello y por qué estos usureros-usureras, tienen e imponen un poder que ni los gobiernos se atreverían; sencillo; son y se consideran simplemente GOBIERNO; y por los motivos que sean; y que son muy fáciles de imaginar, mandan más que el gobierno, el que sostenido, por lo que se dice (que es mentira total) “la soberanía del pueblo”; ese pueblo, es empleado, como “la fregona que tiene que limpiar los suelos más sucios de su soberanía” y valga esta metáfora que me surge en mi caletre, mientras escribo, para “retratar”, lo que somos en realidad y a los abusos ya casi esclavistas, a que nos someten, “unos y otros”.
No necesito dar ejemplos, me limito a pasar la reflexión, a todo aquel que necesitando, “los servicios de su banco o caja”, recurre a ellos; y se da cuenta que no, que no se los prestan; que muy al contrario, le exigen que sea él “el servidor del usurero-usurera”; y además que les deje allí su dinero, que aparte de no pagarte por él interés alguno (“cosa que ellos sí que te cobran y con exceso si te cuelas y quedas en números rojos”) te cobran ya incluso, por “guardártelo”, mientras ellos lo prestan al máximo interés que pueden; y ya te cobran incluso por la mínima operación, que realiza el “nuevo esclavo bancario”; cual es, “el pobre apretabotones encadenado a su puesto y el que tiembla por cuanto ni sabe, cuando lo van a echar a la calle”, debido a los nuevos ordenadores que piensan comprar, “los usureros-usureras”; a los que les importan dos cojones (“u ovarios”) si el mentado, “nuevo esclavo”, se va a morir de hambre.
Esta mañana cuando escribo, 28 de Enero del 2022; estoy viendo y oyendo “los informativos-desinformativos”, de la televisión “nacional”, TVI (sobre las siete y media de su mañana), en la que se nos dice que, “la banca o los ya mentados usureros-usureras, han despedido en el pasado año y en España; casi a nuevos, veinte mil empleados bancarios (a los que hay que aumentar los muchos miles anteriores). Y sobre la marcha, se nos dice también, la cantidad enorme de “viejos y viejas” (pensionistas en su mayoría y en su mayoría cobrando pensiones de limosna) que impotentes para manejar las máquinas a que los obligan, “los usureros-usureras”, muchos se van llorando a su domicilio, para buscar a alguien que les ayude a disponer de su propio dinero; cosa que por lo horrorosa que resulta, ni me atrevo a comentar, lo dejo para quién esto lea.
Por todo ello ya hay una lista de casi medio millón de firmas, para reclamar al gobierno, que ponga coto a tanto abuso y regule estos “tratos entre tenderos y clientes”; puesto que no se olvide, que la banca o “los usureros-usureras”, no son otra cosa que tenderos que manejan una mercancía, que se denomina DINERO; pero que en realidad; son como los tomates o verduras que nos vende el tendero de al lado, el que para hacerlo, compra y vende sus mercancías; o sea que “los usureros-usureras”, no son otra cosa que vulgares expendedores de mercancías, por lo que tienen que atender bien a sus clientes y no abusar de ellos.
Y es que de verdad, “si de verdad, hubiese gobiernos honrados y fiables”, tanto el dinero, como el agua, la electricidad, los carburantes y en general todos los servicios públicos, debieran SER NACIONALIZADOS; y administrados tan escrupulosamente, como para que llegaran, a ese “mal llamado pueblo soberano”, al precio real y justo hasta el céntimo, a que tenemos pleno derecho. Ese sí que sería un verdadero progreso de justicia social y económica… ¿Pero quién habla de ello?
Antonio García Fuentes
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