En una interesante entrevista concedida al portal Asia News, Monseñor Broderik Pabillo, ponía el dedo en la llaga de la compleja situación sociopolítica por la que atraviesa Filipinas y daba voz a las preocupaciones del episcopado. En contextos de incertidumbre, señalaba, se fortalecen los liderazgos autoritarios y crecen las voces que señalan a la democracia y los derechos humanos como un lastre. Las ejecuciones extrajudiciales, los abusos de poder contra los sectores más desfavorecidos, el control sobre los órganos judiciales y la abusiva deuda nacional vinculada a la corrupción, son algunas de las notas distintivas del Ejecutivo de Duterte. Filipinas, subrayaba Monseñor Pabillo, necesita políticos independientes y no sometidos al actual presidente.
Es necesario un liderazgo basado en el respeto a los derechos humanos, el crecimiento económico y la atención a los más desfavorecidos. Para ello es preciso que quienes encarnan estos ideales gocen de igualdad de oportunidades en estas elecciones que se prevén tormentosas. Tras la victoria, ayer 9 de mayo, de Ferdinand Marcos, hijo del dictador, veremos hacía donde van los derechos humanos, pero no parece que sea hacia más y mejor democracia.
Jesús D Mez Madrid