Los miserables y su miserable política

 

Ya no nos cabe duda alguna, ya se han destapado todos y de cualquier partida (que no partido) y sálvese el que pueda, el que por otra parte nunca le darán paso a “la partida que sea”; y menos aún, le darán el mando preciso para de alguna manera enderezar “el loco” rumbo, que lleva lo que ya más que barco, puede considerarse como una “rudimentaria” balsa de mal ensamblados troncos o tablones, que marcha, azotada por enormes “vientos” (pasiones interesadas y privadas) que no puede llegar a destino alguno, que pueda aprovechar, “al rebaño” que soporta a tan ambiciosos semi náufragos, que ciegos por el botín a que ambicionan; han olvidado por completo, lo que es la política y los nobles fines que se esperaban de ella.

Y es así, “eso de que la política es la solución de lo posible”; no es la política, “esa es la política que padecemos, que no es otra que el conchabamiento para llegar al dinero público y repartírselo como dicen que los bucaneros de siglos atrás, se lo repartían, o sea con el dinero encima de la mesa, pero junto al mismo, el puñal, la espada, “o el pistolón debidamente cargado, por si las moscas”; LA POLÍTICA, dicho con mayúsculas, es el arte de gobernar bien a los pueblos, con la equidad y justicia necesarias e imprescindibles para ello; y esto no ha existido nunca y hoy menos.

A grandes rasgos y con palabras claras, del riquísimo y claro idioma ESPAÑOL; es lo que puede ver cualquiera, que viendo; “el hediondo percal público”, que nos arruina cada vez más, se puede dilucidar sin que para ello se necesite una muy clara inteligencia; todo el que se arrima a la conquista política, en su fuero interno no pretende otra cosa que conquistar para sí mismo y como mucho para los suyos o cómplices necesarios, para llegar a las metas que pretende; pero todo ello, reitero, sobre la base del dinero público a mangonear, ya que en sí, es el inmenso capital, más indefenso que existe en las sociedades mal llamadas modernas, donde la corrupción ha llegado a tal volumen, que da la sensación de que, todo ya está corrompido; y por tanto el que de verdad trabaja y produce, es la víctima que lo paga todo, y a la que nadie defiende; las denominadas “leyes”, están tan mal aplicadas o corrompidas, que permiten todo tipo de desmanes, “y del tipo que sea”.

Aquí en España (de la que soy nativo) llevamos soportando gobiernos, donde “los puestos parlamentarios”, “se compran y se venden, como las cebollas o lechugas en el mercado”; los sobornos, las malversaciones, las retenciones de juicios, “más que criminales”, son “el pan nuestro de cada día”, mientras a la masa se nos somete a multas absurdas y cuantiosas, que si no las pagas, el que dice gobernar está autorizado hasta “embargarte desde el orinal hasta el apellido”.

Debido a todo ello, el resultado es, una nación que es rica en demasía (no olvidemos este detalle) ha terminado en quiebra total, la que si no se produce, es por cuanto una deuda ya más que monstruosa, sostiene el tinglado, aun cuando ello conlleve, hasta el hipotecar a los no nacidos en vete a saber cuántas generaciones futuras.

Última mente, se llega en una votación parlamentaria, hasta el que un político contrario al gobierno, vote a éste, con el efecto “casual” (se nos dice) para que salga adelante, una ley laboral, discutida por los cuatro costados, de los que verdaderamente la van a padecer, aseguren y afirmen, que la misma es o letal o cuasi, para unas relaciones convenientes para la marcha más o menos normal, del comercio, la industria y los que han de trabajar para mantenerlo, o sostener esa vital riqueza nacional.

Ahora se quiere formar una comisión (“de las que ya Napoleón se reía de ellas”) para destapar, “los abusos sexuales que componentes de la iglesia católica han hecho dentro de su seno de enseñanzas”, mientras aquí mismo y ahora, hay escándalos, de “pupilas”, menores de edad, habitando en sedes oficiales, han sido sacadas de ellas, para el ejercicio de la prostitución y derivados, pero que como ello afecta a tinglados oficiales y a sujetos concretos, de la política actual, ello se va sobreseyendo, tolerando, “o toreando”, para que el tiempo se trague, las “píldoras enormes que se viene tragando desde ya ni sé decir cuando”¸ puesto que entre otras, está aún pendiente de ejecutar sentencias, de más de setecientos u ochocientos millones de euros, “perdidos” en la administración socialista de la autonomía andaluza.

Como también parecen “congelados”, los desmanes de, “los Pujol y sus pujoleros, en esa sanguijuela económica cuál es la Cataluña actual”; y tantas y tantas, otras “madejas”, enormes y que con el tiempo, han desaparecido tragadas por el olvido o la prescripción de esas podridas causas; donde e indudablemente, se han acumulado capitales enormes, en individuos, que tan tranquilos, hoy los están disfrutando.

Mientras el indefenso “borrego de la masa”, le hacen pagar y con recargo si procede, ya casi todo, menos “el oxígeno que respira naturalmente”, y posiblemente por cuanto aún, “no han encontrado la mascarilla-contador, para colocárnosla y que también paguemos por ello.

Por todo ello y más… ¡Política, que asco Dios mío!

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

ideasclaras.org

 

Leave a Reply