“Mis nietos me vengarán” –Mahatma Gandhi, al saber lo que dos de sus hijos, decían de él.
Nuestro apreciado Raúl- “El Gordo” Villarán, definía al periodismo, como “un “estilo de vivir”, el genial “Gabo” García Márquez, lo llamaba “la profesión más hermosa del mundo” y Don Luis, patriarca de los Miró Quesada, solía afirmar: “El periodismo, puede ser la más noble de las profesiones o… el más vil de los oficios”, a esto, modestamente yo, en otros tiempos de indocumentación desaforada ,sostenía que lo de noble, era según tu árbol genealógico y lo vil, si acaso trabajabas como redactor de quinta de uno de los tantos medios que nos es dado conocer.
En fin, también hay bromas peligrosas, como pudo comprobar “Caprichito” Baily, la noche que le preguntó al entonces candidato Alan, si acaso era cierto que había sufrido un serio tratamiento, de esos que suelen aplicar a los que corren riesgo de ver volar su razón por la ventana.
“El Niño Terrible”, se ganó por dicha “gracia” un instantáneo “Botafogo”, pero no aprendió la lección y años más tarde, encaró al “honesto Toleducha”, la negativa a reconocer a una hija extramatrimonial que por aquel entonces, frisaba catorce primaverales años, pero ya era flor de alegosa. De nuevo el indomable “Caprichito”, se ganó tremendo patadón en lo que usa cierta bailarina para conquistar novios. Y claro, las documentadas fuentes de los “politólogos”, que nos aconsejan soportar “tranquilitos nomás”, cualquier atraco de los “chamos”, que algunos siguen llamando “hermanos” e “ilustres hasta que uno de estos días, – consecuentes como son- se lleven a vivir a un par de estos “angelitos” cualquiera de sus doradas mansiones y entonces sabrás lo que es rico, porque así son las cosas.
A estas alturas de mi life, he resultado comprendiendo que la casualidad, coincidencia o azar, sencillamente, están fuera de lo que pudiera llamarse “lógica universal” o “sincrodestino”, como llama el “supersabio” Chopra, a ese misterioso hilo de circunstancias, que hace posible que-como decía mi viejo- “todo real, tenga su medio de vuelto”.
Baily debutó a los 15 en “La Prensa” y desde entonces su provocador e innegable talento, lo encumbró casi de golpe y periodicazo. De paso, él, es heredero de dos o tres interesantes fortunas, incluida la de un tío suyo, que lo desheredó a causa de ciertas inclementes bromas, referidas a su afición por los morenos, aunque no fueran de “Alianza”. En fin, el difunto caballero, no recordó que “madre hay una sola”, y en forma instantánea, la dulce mather de Jaimito, lo reenganchó en el testamento y ahí lo tenemos viviendo en una isla paradisíaca -millonario otra vez- escribiendo quisicosas impropias para chibolos y cobrando un curioso “parné”, que ya quisiéramos muchos, aún sin ser “geniales” o “millonarios”.
Personalmente, me cae muy bien “Jaimito” y le deseo cien años más de fortuna.
Yo gradezco a la vida, el trato que me ha regalado hasta hoy y respecto a familiares y amigos, sólo aplico dos o tres principios que aquí obsequio a todo aquel que desee vacunarse contra el virus del desengaño.
En prima: “Huye de quien no te valoriza” (Ray Bradbury), “Santo que no hace milagro… ¡fuera de la iglesia! (Andrés “Pichón” Archimbaud) y ¡Acostumbrado a sufrir… cualquier pesar me divierte” (Decimas de Buena Madera)- de mi brother Juanito Urcariegui- A estas sabias palabras, yo he querido sumar una profunda reflexión, que puedo regalar a quienes sufran decepciones de empleadores, amigos, o parientes de cualquier aproximación. Y dice así: “De este gran hotel llamado “Planeta Tierra”… Nadie se va, sin pagar la cuenta”. Y si sus propios hijos maleteaban al “Alma Grande” de la India… nadie tiene derecho a asombrarse por lo que nos sucede a los humildes transeúntes de la Vía Láctea.
Pero eso si, como decía mi extrañado amigo, el “boga” Moisés Navarro: “No sé si Cristo perdonaba a todos los que le ofendieron o traicionaron. Pero si te puedo decir… que después de sufrir sus chanchadas… ya no se “ajuntaba” con ellos, nunca más”.
Vivir para aprender, mis estimados.