Series de época, con el clásico sello británico

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La vez pasada decidí hacer un simple ejercicio para informarme cuáles eran las series extranjeras con más jale entre los consumidores masivos, fui a uno de tantos puestos que venden discos “piratas” y pregunté sobre las preferidas de la gente, grande fue mi sorpresa al enterarme que las producciones británicas de la BBC tienen su legión de seguidores.

Cuando uno habla de lo mejorcito en habla inglesa solemos pensar en el consumismo de los Estados Unidos y propuestas que el autor de esta columna suele seguir ya sea en el cine, y los taquillazos que hoy abundan en nuestro celuloide, y la pantalla chica donde gozamos con dramas y comedias como Scandal, The Goodwife, Game of Thrones, The Walking Dead, The Big Bang Theory y Modern Family por mencionar sólo algunas.

Pero olvidamos que en lo referente a calidad, muchas veces Inglaterra es el abanderado. Sin ir muy lejos entre las candidatas al Oscar de este año figuraban hasta dos películas de ese país: El código Enigma (Imitation Game) y La teoría del todo (sobre la vida del genio Stephen Hawking), además de Gran Hotel Budapest (coproducción de muchos países donde también estaba Gran Bretaña).

La televisión británica no es sólo la popular adaptación de Sherlock, con el galardonado Benedict Cumberbatch al frente, ni los viajes en el tiempo del Doctor Who. La gran favorita de muchos es Downton Abbey, en este caso no producida por la prolífica BBC sino por Carnival Films y Masterpiece.

El tema central de este “boom” en Europa, Estados Unidos y América Latina es la diferencia de clases en la Inglaterra de inicios del Siglo XX. También observamos el teje y maneje de la administración de un castillo de la nobleza, todo envuelto en historias tanto de la familia Crawley como de sus criados. Destaca con luz propia la presencia de la veterana actriz Maggie Smith.

Este es otro punto a valorar, la televisión y el cine inglés respetan mucho la capacidad de artistas de todas las edades, pero les da un lugar de privilegio a grandes figuras como la propia Maggie Smith, Judy Dench o Michael Gambon (el segundo Dumbledore de la saga cinematográfica de Harry Potter).

A continuación suelto otras propuestas que vienen siendo emitidas en los distintos canales de cable, aquí se resalta un problema, desde que se masificó el número de clientes de las empresas de televisión cerrada empezaron a prescindir de servicios básicos, como la revista que informaba sobre las distintas novedades televisivas. Tal parece que a Telefónica o Claro les cuesta demasiado darnos un material que servía para conocer el menú televisivo.

Muy recomendable la serie Father Brown, sobre las clásicas pesquisas de un sacerdote curioso que termina desvelando un misterio por episodio. Es la adaptación de una serie de novelas longevas del escritor inglés G. K. Chesterton. Goza de gran popularidad y de paso nos ayuda a ejercitar nuestro poder deductivo.

Una auténtica joya es Cranford, la historia de un pueblito británico de ensueño, de esos que parecen salidos de un cuento. Con la brillante actuación de Judy Dench (Philomena, Shakespeare enamorado, El exótico Hotel Marigold, Mrs. Henderson presenta y la saga del 007 donde da vida a M), nos encontramos con historias sencillas, de gran calor humano y escenarios de época.

En Orgullo y prejuicio, de la autora favorita de muchos Jane Austen, se resalta el protagonismo de Colin Firth, ganador del Oscar por El discurso del rey, que con solvencia nos recuerda porque es un actor que hoy reparte su talento en el cine y la televisión. Hace muy poco lo vimos en una cinta de suspenso con Nicole Kidman y otra romántica a las órdenes de Woody Allen. Buena por la TV de corte inglés.

 

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