Solo queda rezar y… de rodillas

 

Uno de los primeros actos de la presidenta Boluarte, luego de tomar asiento en Palacio de Gobierno, ha sido la de solicitar la bendición del arzobispo de Lima. Es un buen paso, aunque se sabe bien que el prelado aún no ha dado muestras de estar dotado de virtudes para hacer milagros. Más bien este, hasta donde ha trascendido, le ha pedido que no se olvide durante su gobernanza, de los más pobres, de los más vulnerables. Ruego que así sea, pero tengo fundadas dudas. La señora Boluarte tampoco cuenta con el perfil de una milagrera. Y lo que es peor, ya recibió los primeros anuncios, desde el Congreso, sobre su futuro político inmediato. La parlamentaria Yarrow se ha encargado de ello.  Se niega a darle, aunque sea un saludo protocolar y menos un tímido aplauso por haber reemplazado al nuevo huésped de la Diroes e inesperado vecino del siniestro Fujimori.

Estos episodios forman parte de un enorme paquete de problemas que tiene sumido al país, en la más dramática crisis política del presente siglo. Salir de ella no será fácil en lo inmediato. El asunto ha convertido en tema obligado, por debatir e interpretar. De igual modo, señalo, es un caso muy manoseado y manipulado, con perversas intenciones para intereses y estrategias no menos perversas.

Aquí me quedo en esta reflexión y espero continuar, alejado de la posibilidad de un posible milagro.

 

Leave a Reply