Tolerancia Cero con el “Rafa” Benítez

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Realmente sorprende que con la abismal distancia que existe entre el fútbol peruano y el fútbol del primer mundo, que abriga a los clubes más importantes de Europa, a veces se caiga en los mismos errores. Viejas y maliciosas prácticas como las consabidas “camitas” a los directores técnicos, el mal comportamiento de los futbolistas, las poses de los cracks y las presiones intolerantes de las hinchadas siguen volviéndose protagónicas a la hora de decidir o no la continuidad de un entrenador.

A un técnico nuevo se le contrata, por lo menos sobre el papel, con un estudiado y concienzudo análisis de las necesidades del club, de las falencias del equipo, con objetivos a largo plazo, más aún sí estamos hablando de manejar un grupo humano cuyo presupuesto es millonario, y que por lo tanto conlleva egos desmesurados. Esa es, desde hace tiempo, la radiografía del Real Madrid, una institución que sufre hoy de la cabeza, pero no me refiero al DT que acaba de ser mutilado, sino al presidente de la llamada Casa Blanca: Florentino Pérez. Un hombre que cree solucionarlo todo sacando a relucir su billetera y comprando a la “figurita del momento”.

Así actuó Florentino Pérez con las adquisiciones post Mundial Brasil 2014, donde se llevó al colombiano James Rodríguez tras un golazo a los uruguayos, al alemán campeón del mundo Tony Kroos, al arquero costarricense Keylor Navas después de una campaña heroica en la Copa del Mundo. Todas esas compras, a juicio de este columnista, siguen siendo antojadizas. No se niega la calidad de cada uno de estos futbolistas, como la del millonario “fichaje” del galés Gareth Bale, pero parece más un acumular estrellas que un diseño de plantel. Quizás por ello las presentaciones de los “jales” del Real Madrid, y hasta los entrenamientos, se han vuelto un show mediático.

Basta mirar al rival de siempre, el Barcelona, que se ha vuelto una “bestia negra” para los madridistas. En medio de todas esas compras se optó tempranamente por el chileno Claudio Bravo (para sustituir a Víctor Valdés que ya no seguía con los catalanes) y también ficharon al uruguayo Luis Suárez, hundido en esos momentos en una sanción y el escándalo tras la mordida al italiano Chiellini. El Barza tuvo paciencia y buen ojo, el Real Madrid evidenció la constante de Florentino Pérez: querer impresionar con su poder económico. Y en tiempo de crisis, el mandamás merengue se desespera, pues todo lo quiere solucionar comprando y no hay nada que comprar.

Su problema es que la disciplina no se vende en el mercado, no hay un regulador para el carácter de Cristiano Ronaldo que cree que sus goles son más que suficiente para imponer sus poses de divo y todos deben soportárselo, ha llegado al colmo de admitir ser un vanidoso. El colombiano James Rodríguez inicia el 2016 con un escándalo de carretera, y sus compañeros hacen pataleta junto a la hinchada del Real Madrid por la permanencia del “Rafa” Benítez. El resultado, ya lo sabían todos, Florentino Pérez se sacó el problema de encima y botó al técnico.

Un semestre, para un entrenador que venía con la misión de “cambiarle la cara” al Real Madrid es poco tiempo. Ni siquiera le cumplieron a cabalidad, pidió al arquero del Manchester United, David De Gea, y al final se truncó su llegada. Así como en su época a Mourinho, el camerino del Madrid volvió a demostrar que puede poner y sacar entrenadores. Hoy todos contentos con Zinedine Zidane, ¿cuánto durará el buen ambiente? ¿Cuándo comenzará a meter cabezazos el francés?

Foto: BBC

 

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