Día de la canción criolla: ¿Cuál es el aporte al criollismo del maestro Felipe Pinglo Alva?

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La afirmación que designa a Felipe Pinglo Alva (1899-1936) como el «Padre del Criollismo Peruano» es válida en el imaginario popular y el relato nacionalista del siglo XX, pero debe ser matizada y argumentada desde una perspectiva histórica más amplia.

La designación se sostiene en la contribución estética, temática y sociológica de Pinglo, que marca un hito cualitativo en la evolución del género:

Elevación lírica y temática: Pinglo trascendió la lírica más frívola o puramente amorosa de sus predecesores. Introdujo de manera destacada, aunque no exclusiva, la temática social en el vals criollo con obras como «El Plebeyo» (su obra más célebre), «El Canillita», y «Pobre Obrerita». Esta sensibilidad hacia las clases populares y sus problemas le valió el apelativo de «Cantor Proletario», dotando al criollismo de una conciencia social y una profundidad que resonó profundamente en el pueblo.

Síntesis estilística y modernidad: su obra (valses, polcas, foxtrots criollos) se ubica en un momento de modernización de Lima (años 20 y 30). Pinglo logra una síntesis musical y una sofisticación armónica y melódica, consolidando una forma madura del vals que se diferenciaría de las influencias europeas y de salón. Su estilo se convierte en la plantilla canónica para la composición criolla posterior.

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Figura icónica nacional: su prematura muerte (1936) y el éxito póstumo de su obra (especialmente con la radiodifusión en la década de 1940) lo convirtieron en un símbolo cultural ineludible. El relato historiográfico del siglo XX, a menudo imbuido de pretensiones peruanistas, lo elevó a la figura de «salvador de la música criolla» y genio inaugural, lo que cristalizó la etiqueta de «Padre».

Matización y crítica historiográfica

Desde una rigurosa perspectiva de la historia cultural, la etiqueta de «Padre» resulta reduccionista y puede oscurecer (u obnubilar, como señalan algunos estudios) los aportes de otros actores.

Precursores y cimientos: la música criolla no nace con Pinglo, sino que se gesta a fines del siglo XIX y principios del XX. Figuras como el dúo Montes y Manrique (Eduardo Montes y César Augusto Manrique) son frecuentemente señalados como los «Padres del Criollismo» por ser los primeros en grabar el género (Nueva York, 1911) y en darle una proyección internacional inicial. Ellos establecieron las primeras bases del formato de vals.

Continuidad y no creación ex novo: Pinglo es más bien un gran consolidador, innovador, y modernizador que un «creador inicial». Su talento radicó en tomar un género en formación y llevarlo a su primer clímax artístico y social significativo, insertándolo plenamente en la vida urbana de la capital.

Sesgo del corpus: investigaciones recientes (como las de Gérard Borrás o Octavio Rojas) señalan que el énfasis en la obra social de Pinglo, aunque fundamental, a veces distorsiona su corpus total. Las canciones de temática social son una minoría en su producción, la cual incluye también obras de amor, costumbristas, e incluso piezas de baile de moda (fox criollo). La historiografía posterior sobreenfatizó el lado «proletario» para construir un héroe popular alineado con ciertas sensibilidades políticas y sociales del siglo XX.

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Pinglo no es el creador original de la música criolla, pero es, indiscutiblemente, su máximo exponente de la primera mitad del siglo XX y la figura que le otorgó su identidad lírica y musical más característica de la época.

Por lo tanto, es más preciso considerar a Felipe Pinglo Alva como el «Bardo Inmortal» o el «Consolidador Estilístico y Social» de la música criolla peruana. Su obra constituye el primer gran punto de inflexión del género, marcando el paso de una expresión popular en desarrollo (representada por figuras como Montes y Manrique) a una forma de arte plenamente reconocida y con trascendencia social.

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La etiqueta de «Padre» debe entenderse como un título honorífico forjado por la devoción popular y el relato historiográfico posterior que buscó un fundador icónico para el género.

La figura de Felipe Pinglo Alva es esencial para entender la evolución del género, por su capacidad de fusionar la tradición musical criolla con una lírica socialmente consciente, tal como se puede apreciar en este video: Montes y Manrique: los padres del criollismo. (VIDEO)