El 13 de enero de 2006, la ciudad de Acassuso, en la provincia de Buenos Aires, fue escenario de uno de los asaltos más audaces y sofisticados en la historia criminal de Argentina. Una banda de delincuentes ejecutó un plan meticulosamente diseñado para robar la sucursal del Banco Río, llevándose un botín estimado en más de 8 millones de dólares y joyas de 145 cajas de seguridad.
El cerebro detrás del golpe fue Fernando Araujo, un artista plástico y profesor de artes marciales, quien ideó el plan junto a un grupo de cómplices, incluyendo a Luis Mario Vitette Sellanes, conocido como «el hombre del traje gris». La banda ingresó al banco simulando un asalto convencional, tomando 23 rehenes y negociando con la policía mientras, en secreto, vaciaban las cajas de seguridad en el subsuelo.
Durante las siete horas que duró el asalto, los delincuentes mantuvieron una actitud cordial con los rehenes, llegando incluso a cantar el cumpleaños a una de las víctimas y solicitar pizzas y bebidas para todos. Este comportamiento ayudó a mantener la calma dentro del banco y a distraer a las fuerzas de seguridad que rodeaban el edificio.
La fuga fue tan ingeniosa como el robo mismo. Los asaltantes habían excavado un túnel que conectaba el sótano del banco con el sistema de desagües pluviales de la ciudad. Utilizando botes inflables, transportaron el botín a través de los túneles hasta una alcantarilla ubicada a varias cuadras de distancia, donde los esperaba una camioneta modificada para facilitar la carga del dinero.
Cuando la policía finalmente irrumpió en el banco, encontraron a los rehenes ilesos, armas de juguete y una nota que decía: «En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores»
La banda había desaparecido sin dejar rastro.
La investigación posterior llevó a la detención de varios miembros del grupo, incluyendo a Araujo y Vitette. Las condenas variaron entre 9 y 21 años de prisión, aunque ninguno cumplió la totalidad de su pena en la cárcel.
Gran parte del dinero robado nunca se recuperó.
El caso capturó la imaginación del público y fue objeto de numerosos libros, documentales y una película titulada «El robo del siglo», estrenada en 2020 . La combinación de audacia, planificación meticulosa y la ausencia de violencia directa convirtió este asalto en una leyenda del crimen moderno.
A casi dos décadas del hecho, el robo al Banco Río de Acassuso sigue siendo un referente en la historia criminal argentina, recordado tanto por su ejecución impecable como por el misterio que aún rodea al destino del botín.
El uruguayo Luis Mario Vitette Sellanes, quien diseñó las máscaras y la estrategia de distracción para engañar a la policía, acabó detenido meses después y extraditado a Uruguay, donde cumplió condena. Tras salir de prisión, sorprendió al público reapareciendo en televisión, ofreciendo disculpas a los rehenes y asegurando que no volvería a delinquir. (Imagen Netflix).
¡El crimen no paga!