La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó que la economía de Perú registrará un crecimiento del 2.8% para el cierre del 2025, seguido de una expansión del 2.6% durante el 2026.
De acuerdo con su más reciente informe «Perspectivas Económicas de la OCDE, edición junio 2025», el organismo internacional ratifica las proyecciones que había presentado en su análisis previo de diciembre de 2024.
La entidad señaló que se anticipa una moderación en el ritmo de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), situándose en un 2.8% para 2025 y un 2.6% para 2026, una tendencia que atribuye al impacto de la incertidumbre política tanto a nivel mundial como local.
En detalle, la OCDE advirtió que la inestabilidad prevaleciente, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, repercutirá negativamente en los niveles de confianza del sector empresarial y de los consumidores peruanos.
Como antecedente, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) había reportado un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 4.2% en el cuarto trimestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este avance fue impulsado por un incremento en el consumo de los hogares y la inversión bruta fija (ambos con un 4%), así como un aumento del 5.8% en las exportaciones de bienes y servicios. El INEI también consignó que el crecimiento total del PBI para el 2024 se situó en 3.3%.
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La institución resaltó una recuperación paulatina de la inversión privada, favorecida por una mejora en la confianza del empresariado, condiciones financieras más flexibles y la formalización de nuevos contratos de Asociaciones Público-Privadas (APP). «Los indicadores mensuales del PBI revelan que el crecimiento se mantuvo robusto durante el primer trimestre de 2025, alcanzando una expansión interanual del 3.9%», subrayó la OCDE.
La OCDE agregó que las iniciativas gubernamentales para dinamizar las Asociaciones Público-Privadas (APP) y simplificar la tramitación de permisos, junto con una inflación contenida, podrían contrarrestar de forma parcial la incertidumbre existente, estimulando así la inversión y el consumo del sector privado. No obstante, la entidad también apuntó que el proceso de consolidación fiscal restringirá la inversión y el gasto del sector público.
El organismo internacional advirtió sobre un incremento en los riesgos que podrían frenar el crecimiento económico. Estos se derivan, principalmente, del debilitamiento proyectado para la inversión y la demanda externa, en un escenario marcado por una considerable incertidumbre política.
La entidad detalló que la incertidumbre política interna podría agudizarse conforme se aproxime el ciclo electoral de 2026. A esto se suma el posible lastre que el aumento de la inseguridad ciudadana y la criminalidad podrían representar para el dinamismo económico. «Un desempeño de la economía china —socio comercial clave para Perú— inferior a lo previsto, junto con una caída en los precios del cobre, amenazarían las exportaciones, los ingresos fiscales y la inversión», especificó la OCDE.
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En el panorama internacional, la OCDE observa un debilitamiento de las perspectivas económicas globales. Se anticipa que factores como la persistencia de significativas barreras comerciales, el endurecimiento de las condiciones de financiamiento, una confianza en declive y una creciente incertidumbre política ejercerán un impacto negativo sobre el crecimiento mundial.
Las proyecciones indican una ralentización del crecimiento económico a escala global, que se estima pasará de una tasa de expansión del 3.3% en 2024 a un 2.9% tanto para 2025 como para 2026. La OCDE prevé que esta moderación se sentirá con mayor intensidad en economías como Estados Unidos, Canadá, México y China, mientras otras naciones experimentarían ajustes a la baja de menor magnitud.
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Desde una perspectiva optimista, la organización considera que una reversión en la aplicación de nuevas barreras al comercio internacional podría dinamizar las proyecciones de crecimiento mundial y contribuir a una disminución de la inflación. Asimismo, una salida pacífica tanto al conflicto entre Rusia y Ucrania como a otras tensiones activas en Medio Oriente tendría el potencial de fortalecer la confianza y estimular los incentivos para la inversión a nivel global.
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