ROPI: un robot que mejora la calidad de vida de pequeños pacientes en Perú

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La tecnología y la salud se unen para crear un robot social capaz de interactuar emocionalmente con los niños internados en el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja. 

Por: Mabel Alva Sánchez

La innovación tecnológica para la salud pública no es un tema del futuro, es de hoy. Un ejemplo de ello es ROPI, un robot social diseñado para asistir a los pequeños pacientes que llegan al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja en Lima- Perú. Su aplicación ha sido de suma importancia en la recuperación de los menores. ROPI ha permitido que la salud mental de los niños que llegan a cuidados intensivos se mantenga inalterable, ya que es manejado de cerca por los especialistas.

S.S.G.(2) son las iniciales de un menor que resultó con quemaduras de segundo y tercer grado tras caer a una olla de sopa caliente mientras jugaba en su casa de la comunidad de Santa Magdalena, en el distrito de Patibamba, provincia de La Mar, en Ayacucho. Debido a la gravedad de sus lesiones, el niño fue referido a la UCI Quemados del Instituto Nacional de Salud del Niño en San Borja.

 

Según cifras estipuladas por el centro pediátrico, aproximadamente 300 niños llegan anualmente para el tratamiento de quemaduras graves. El proceso de recuperación, para estos infantes, es muy doloroso ya que incluyen largas terapias de rehabilitación física y emocional.

Es por ello que, en el pabellón de niños quemados del INSNSB, ya interactúa ROPI. Sus siglas significan “robot para interacción” y su creación se dio gracias a una alianza entre el Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja y la Pontificia Universidad Católica del Perú. El proyecto financió la creación de los primeros prototipos y la ejecución permanente de sus validaciones e investigación.

ROPI, un soporte emocional multilingüe

El robot es una herramienta de interacción social, lúdica y recreativa que actúa de intermediario y, de una manera cercana y amigable, entre los médicos, terapeutas o psicólogos y los niños internados en el centro pediátrico.

“ROPI es un trabajo multidisciplinario, entonces está de la mano con lo que nos indique el doctor, el psicólogo y el terapeuta, para que pueda trabajar con ellos”, señaló Héctor Oscanoa, docente de ingeniería mecatrónica de la PUCP.

Héctor Oscanoa, docente de ingeniería mecatrónica de la PUCP.

ROPI gesticula ciertas emociones, realiza movimientos y cuenta con un rostro amigable, por lo que logra empatizar rápidamente con los niños con la finalidad que estos entren en mayor confianza con sus terapeutas. Además, puede modular las herramientas que utiliza con movimientos y sonidos preestablecidos, para adecuarse al ámbito requerido por los especialistas de la salud.

ROPI cuenta con distintos modelos de animales, colores y piezas movibles para lograr una más rápida conexión con el infante.

Al androide se le agregan, permanentemente, distintas herramientas, entre las que destacan audios de cinco dialectos diferentes que fueron brindados por el Ministerio de Cultura en cooperación con la Central de Intérpretes y Traductores de las Lenguas Indígenas (CIT). El CIT apoyó en la traducción y locución de frases y palabras, por lo que ROPI tiene la facultad de comunicarse en lenguas originarias del Perú, tales como el quechua, aimara, ashaninka, awajún y ticuna.

Ministerio de Cultura en cooperación con la Central de Intérpretes y Traductores de las Lenguas Indígenas (CIT).

El asistente robótico cuenta también con una data léxica de 100 frases por lengua y, mediante el uso de la inteligencia artificial, puede mantener la interacción con el paciente, ya sea a través de una aplicación instalada en un celular, como en el propio robot, a través de una programación y asistencia por base de datos almacenada.

ROPI también puede realizar videollamadas a través de la aplicación zoom. El niño cree que está conversando con el robot, pero detrás de esa llamada, hay un profesional de la salud con un objetivo específico para beneficio de su terapia psicológica y emocional.

ROPI en constante expansión y evolución

En este momento, el proyecto está en fase de creación de prototipos y se está validando qué herramientas son las más útiles para los niños. El captar la atención del menor, su comodidad o la realización de ciertas actividades del robot, son puntos que toman en cuenta los ingenieros encargados del proyecto junto con las recomendaciones de los especialistas de la salud.

“La finalidad de todo ello es que el robot sea lo más eficiente y eficaz posible en las distintas terapias que llevan los pacientes con sus terapeutas”, nos comenta el ingeniero David Gonzáles, quien es parte del equipo que trabaja en el proyecto.

Ingeniero David Gonzales

Se tiene pensado lanzar una tercera versión que sea mucho mejor y que supla todas las necesidades que indiquen los doctores, niños y terapeutas. “Vamos a tratar de expandirlo y generar que este tipo de robots no solo se encuentren en Lima, sino también puedan ir a todas las provincias del Perú”, concluyó Oscanoa.

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