Canciller Schialer dice que no hay tensión con Bolivia por expresiones de Dina Boluarte

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El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, desmintió cualquier intención del Gobierno de cortar los vínculos diplomáticos con Bolivia. El alto funcionario explicó que las palabras de la mandataria Dina Boluarte en su discurso del 28 de julio fueron tergiversadas y carecían de propósito ofensivo hacia la nación boliviana.

El canciller sostuvo que las referencias a Bolivia, además de Cuba y Venezuela, constituyeron un análisis comparativo respecto a las problemáticas socioeconómicas regionales. Para demostrar la permanencia de los lazos bilaterales, informó que una representación oficial peruana participará en las ceremonias del Bicentenario boliviano programadas para el 6 de agosto.

Esta declaración tuvo lugar después de que el viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Elmer Catarina, manifestara su desaprobación por las palabras de Boluarte, quien catalogó a Bolivia como muestra de un «país fallido» en su discurso presidencial durante la Fiestas Patrias en el Congreso.

Gestiones diplomáticas para aclarar malentendidos

El ministro Schialer indicó a RPP que Bolivia incurrió en una «mala interpretación». Mencionó haber establecido contacto con la representante diplomática boliviana en Lima, con quien sostendrá una reunión oficial a fin de esclarecer los hechos.

«Sí (hubo malinterpretación). Yo he conversado con la encargada de negocios de Bolivia que mañana (miércoles) yo la voy a recibir», declaró.

«Esto no significa una ruptura ni un distanciamiento. Todo lo contrario. La presidenta ha dispuesto que una delegación importante del Perú asista al acto del 6 de agosto en Bolivia», añadió Schialer, aludiendo a las conmemoraciones del bicentenario independentista de la nación boliviana.

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El ministro reiteró que las expresiones de Dina Boluarte se enmarcaron en un examen regional y carecieron de intención desacreditadora hacia alguna nación específica.

Defensa del contenido presidencial y reacciones bolivianas

Schialer rechazó que el Ejecutivo peruano presente excusas tras lo ocurrido. «No hay mea culpa que haya que hacer ahí», dijo. «Lo que se ha dicho es un análisis basado en hechos objetivos. No se puede tapar el sol con un dedo».

De acuerdo con el funcionario, el discurso presidencial recibió el visto bueno del Consejo de Ministros después de su examen. Aseguró que, siguiendo la práctica habitual, se preparó un texto escrito más extenso del que pronunció la mandataria, incluyendo datos complementarios de sustento.

Enfatizó que la versión oficial corresponde a lo expresado en el Parlamento y que las alusiones a Bolivia, Cuba y Venezuela obedecieron a una evaluación diagnóstica de los problemas socioeconómicos que atraviesan estas naciones.

«Como gabinete, aprobamos ese discurso. Es un discurso que incluía un poco más de información, como suele ocurrir: hay una versión escrita y una versión oral. Lo que vale es lo que se lee, ese es el discurso oficial», sostuvo.

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El viceministro boliviano de Relaciones Exteriores, Elmer Catarina, tildó de «inadmisibles» las declaraciones de Dina Boluarte. Señaló que, en vez de consolidar los vínculos entre países limítrofes, sus expresiones provocaron disgusto y perjudicaron el nexo bilateral.

La Cancillería boliviana manifestó su «enérgico rechazo» y citó al representante diplomático peruano en La Paz para comunicar oficialmente su queja. Asimismo, instruyó a su encargada de negocios en Lima retornar para reportar a la canciller Celinda Sosa.

Catarina argumentó que la administración boliviana no puede tolerar pronunciamientos que juzga injuriosos e inapropiados, particularmente en una ocasión simbólica para el Perú.

Durante su discurso parlamentario, Dina Boluarte justificó su continuidad en la presidencia y advirtió sobre los riesgos al Perú después del derrocamiento de Pedro Castillo Terrones. «El país estaría camino a convertirse en un país fallido, como Cuba, Bolivia y Venezuela», sostuvo.

Legitimó su administración invocando la «obligación constitucional» de salvaguardar la democracia y garantizó haber prevenido una crisis institucional y económica nacional.

La incorporación de Bolivia dentro de las naciones citadas provocó la reacción instantánea de su gobierno que demandó consideración y una corrección formal.

Foto Andina

 

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