¿En qué consiste el próximo cambio global del sistema de los pagos internacionales?

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La arquitectura del sistema financiero mundial vive sus últimas horas en un formato que ha perdurado durante 52 años. El próximo 22 de noviembre de 2025, en seis días exactos, SWIFT (la red global que conecta a 11,000 instituciones financieras en más de 200 países) cerrará definitivamente el sistema MT para el envío de mensajes de pago internacionales.

No se trata de una actualización gradual ni de una prórroga posterior: es el fin de una era. Desde ese momento, todos los participantes operarán bajo un nuevo estándar: el ISO 20022, específicamente bajo la iniciativa CBPR+ (Cross-Border Payments and Reporting Plus).

El sistema MT nació en 1973 con una lógica simple: mensajes basados en texto con campos limitados. Una transferencia MT103 entre bancos contenía información esencial pero restringida: remitente, destinatario, monto, fecha. Fue funcional para su época, pero en 2025, cuando el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y la evasión de sanciones requieren transparencia total, el MT resulta insuficiente.

Por eso, desde 2004 SWIFT desarrolló el ISO 20022, un estándar basado en XML que permite hasta diez veces más información por transacción. Las autoridades regulatorias globales exigieron esta migración. En marzo de 2023, SWIFT dio inicio oficial al período de coexistencia entre ambos sistemas, estableciendo tres años para la adaptación.

🔄 La carrera hacia el 22 de noviembre: números y realidad

Los datos más recientes de A-Team Insight (abril de 2025) revelan que solo el 33% de los miembros de SWIFT han completado la migración a ISO 20022 CBPR+. Eso significa que aproximadamente 7,500 de los 11,000 bancos aún están en fases intermedias de implementación. Apenas el 35% del tráfico de pagos transfronterizos globales se procesa en el nuevo formato. Las instituciones técnicamente capaces de recibir mensajes en ISO 20022 superan las 6,000, pero solo 1,900 envían diariamente en el nuevo estándar.

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La brecha de adopción es evidente: desigual, irregular y geográficamente concentrada. Europa y partes de Asia lideran; América Latina, África y mercados emergentes rezagan considerablemente. Las razones son multifactoriales. Muchos bancos medianos y pequeños nunca tuvieron incentivos comerciales urgentes para modernizar infraestructuras heredadas que funcionan, aunque sea lentamente. La inversión en nuevos sistemas es costosa.

Los equipos tecnológicos están saturados o carecen de experiencia en migraciones de esta magnitud. Algunos bancos se apoyan en esperar a que instituciones corresponsales más grandes hagan la traducción, un mito que SWIFT ha desmentido públicamente: desde el 22 de noviembre, cada institución es responsable de su propio cumplimiento, sin excepciones.

🌍 El diferencial técnico y sus implicaciones globales

La diferencia entre MT e ISO 20022 no es cosmética. Un mensaje pacs.009 (equivalente ISO del antiguo MT201) contiene estructuras de datos radicalmente más ricas. Donde MT permitía información básica, ISO 20022 exige y soporta: direcciones estructuradas del pagador con campos separados para calle, ciudad, código postal y país; identificadores únicos internacionales de personas; códigos de propósito de pago estandarizados; referencias regulatorias detalladas; información completa de remesa comercial. Esta riqueza de datos cumple múltiples funciones: facilita detección de operaciones sospechosas (AML), acelera verificaciones de cumplimiento (KYC), permite reconciliación automática en sistemas de back-office, reduce rechazos y errores, y proporciona trazabilidad total del efectivo a través de la cadena de pagos.

Para una empresa multinacional que ejecuta miles de transferencias internacionales mensualmente, esto es revolucionario. Las previsiones de flujo de efectivo se vuelven más precisas. La automatización de pagos a proveedores opera sin intervención humana. Los errores de concordancia contable prácticamente desaparecen. Pero para lograrlo, esos datos deben estar estructurados correctamente desde el origen. Por eso SWIFT exige direcciones formateadas con precisión específica. Un espacio en blanco mal colocado o un carácter no permitido rechaza el mensaje automáticamente bajo las nuevas reglas de validación. El sistema es inflexible porque la precisión es el objetivo.

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🌍 Sin prórrogas

La fecha del 22 de noviembre no es una sugerencia. SWIFT lo ha reafirmado explícitamente: no habrá prórroga. Lo que sí habrá es un mecanismo contingente llamado «traducción en flujo»: si un banco envía un mensaje MT después de esa fecha, SWIFT lo convertirá automáticamente a formato MX antes de entregarlo al siguiente agente. Esto suena beneficioso, pero lleva dos consecuencias severas. Primero, el banco que envía MT será sujeto a cargos adicionales de SWIFT. Segundo, las nuevas reglas de validación son más estrictas que las antiguas. Mensajes que el sistema MT aceptaba serán rechazados bajo ISO 20022 por formatos insuficientemente estructurados. En la práctica: transacciones devueltas, retrasos operacionales no planeados, clientes corporativos furiosos.

JP Morgan ha comunicado que continuará enviando ciertos mensajes de reporte (MT9xx) hasta finales de 2026, pero eso solo aplica a reportes, no a pagos de iniciación. Para pagos, la línea es dura: 22 de noviembre de 2025. La Reserva Federal estadounidense, reconociendo que muchas instituciones menores necesitaban tiempo, adelantó su migración en Fedwire (pagos domésticos estadounidenses) al 14 de julio de 2025. Esta fecha anterior permite que los bancos estadounidenses ensayen la transición localmente antes de enfrentar el plazo global de SWIFT en noviembre. Es un amortiguador de apenas cuatro meses.

Los bancos que migraron temprano y completamente—aquellos en el 33% que ya está operativo—ganaron ventajas competitivas claras. Reducen costos operacionales, mejoran tiempos de procesamiento, atraen clientes corporativos que exigen eficiencia moderna. Los bancos que llegan en la última hora enfrentan un año caótico: sistemas paralelos funcionando simultáneamente, equipos de tecnología en estado de emergencia, errores inevitables durante la transición, clientes migrando a competidores más preparados. Para las economías emergentes con infraestructura bancaria débil, el riesgo es agudo. Si sus bancos nacionales no migran a tiempo, las transacciones comerciales se ralentizan. Los exportadores no reciben pagos internacionales en plazos normales. Los importadores no pueden girar fondos con fluidez. Esto crea fricción económica real.

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Las criptomonedas y plataformas blockchain, especialmente Ripple/RippleNet y Stellar, observan esto con interés, pero sin garantías de ganancia. El ISO 20022 no «aprueba» ninguna criptomoneda. Lo que hace es estandarizar la comunicación financiera, reduciendo fricción entre sistemas tradicionales. Si las instituciones financieras y plataformas blockchain hablan el mismo lenguaje estructurado, las soluciones de liquidez habilitadas por crypto pueden funcionar más sin fricción. Pero esto requiere voluntad de adopción y marcos regulatorios claros, dos variables que el 22 de noviembre no resuelve.

El 22 de noviembre de 2025 no es un evento noticioso que pasará desapercibido. Es la materialización de una transformación que lleva en gestación desde 2004. En seis días, la arquitectura de la comunicación financiera global cambiará irrevocablemente. Para personas comunes, el cambio será invisible: las transferencias bancarias continuarán funcionando sin que se perciba. Esta transición ofrece lecciones profundas sobre cómo se coordinan decisiones en sistemas complejos. SWIFT no mandó; propuso una fecha y aumentó los costos de no cumplir hasta hacerlos inaceptables.

Es importante estar listo para entender cómo funciona realmente la transición global, quién gana, quién pierde, y por qué importa entender que, en un mundo de finanzas digitales, la precisión de datos no es lujo—es infraestructura.