¿Qué es lo que no entienden en Matute sobre su fracaso en la Liga 1?

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Después de todo, Universitario le hizo un favor al compadre al desnudar sus falencias y debilidades para este triste momento en que el “tricampeonato” resultó un caramelo que alguien les hizo creer que la sandunga sería suficiente para acabar el año en santa gracia.

Alianza Lima encaró el partido con los deberes ausentes, sin el apego a su propia esencia y, lo que ofreció, fue una mazamorra para que el archirrival se engullera el pastel a mordiscos.

Universitario hizo un partido redondo. Con piezas afinadas para que la pelota circulara en su carril y diera muy pocos espacios para que los aliancistas la tuvieran.

En tal escenario se presumía el desenlace de la final de la Liga 1, descolorida al final por el apagón infame que cumplía un determinado propósito: Impedir que Universitario diera la vuelta olímpica en casa ajena.

Jorge Fossati tuvo facilitada su tarea al colocar sus piezas en lugar que correspondía con un Piero Quispe endiablado para asistir, ampliar la cancha y ganar el mediocampo.

Se encontró la “U” con un gol madrugador, el de Edinson Flores, que hizo despertar la somnolencia del mal inicio de los aliancistas.

Un aguijonazo en una final al comienzo del partido, tiene sus componentes: El que hizo el gol sabe que el rival podría desesperarse. Y en otro caso, recomponer su sistema en medio de un complicado panorama, casi siempre no se logra.

Así, el partido se hizo de un solo lado. Con Universitario colocando zagueros para no dejar que se mueva con tranquilidad Hernán Barcos, la presencia de Pablo Sabbag para conformar un doble “9” con el “Pirata” tampoco funcionó.

Fue la clave para copar todos los espacios con los extremos Orejas Flores y Polo, la zaga con Di Benedetto, Ureña y Corzo batiéndose como fiera herida, todo se sumó para que el planteamiento funcionara como un reloj suizo.

Alianza Lima tardará en curar sus heridas, mientras tanto los directivos podrán tomar en cuenta de los errores cometidos, tan garrafales para que en Matute entiendan que no todo es marketing para promocionar desodorantes contra los olores de los pies. (Hugo Laredo).