Un retrato del deporte peruano en 1949

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Hace más de 75 años, cuando el fútbol peruano apenas despuntaba en el escenario sudamericano, la revista peruana Equipo capturaba en sus páginas los sueños, las ambiciones y los conflictos de una comunidad deportiva en plena transformación.

En marzo de 1949, mientras el mundo se reconstruía después de la guerra, los futbolistas peruanos protagonizaban sus propias historias de éxito internacional: arqueros que rechazaban ofertas de Italia, delanteras que causaban sensación en Colombia, y promesas de gloria que viajaban más allá de nuestras fronteras. Era una época de ilusión contenida, donde el fútbol nacional comenzaba a escribirse como referente en las canchas del continente.

El movimiento de jugadores peruanos al exterior

En su edición del 18 de marzo de 1949, la revista Equipo reportaba que José Soriano, el reconocido arquero chiclayano, había recibido una ventajosa propuesta desde Italia para cerrar su carrera profesional. Sin embargo, el destacado portero no pudo concretar el viaje europeo debido al auge de sus actividades comerciales, lo que lo obligó a replantear sus planes internacionales. Con la intención de resolver sus negocios y recuperar libertad de movimiento, Soriano decidió viajar a Buenos Aires, según informó Equipo, como paso estratégico hacia su eventual llegada a Italia.

La revista documentaba cómo Juan Castro del Sucre se encontraba bajo contrato con una institución dinamitera, aunque ya había negociado sus privilegios como jugador profesional. En esos momentos, Castro estaba actuando en Colombia como refuerzo del Sporting Tabaco, lo que representaba una oportunidad de experimentar el fútbol internacional después de su etapa en el fútbol peruano. Este movimiento de futbolistas nacionales hacia el exterior era algo común en 1949, según registraba Equipo en su análisis de la actualidad deportiva.

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Paralelo a estos desplazamientos individuales, reportaba que Alianza Lima, como campeón del torneo 1948, enfrentaba una serie de dificultades organizacionales que contrastaban con su reciente éxito. La revista subrayaba la paradoja de que la calidad de los jugadores del equipo aliancista no bastaba para sortear los inconvenientes administrativos propios de la defensa de su título. Estos obstáculos obligaron a Alianza a hacer contribuciones significativas de sus mejores elementos, fenómeno que Equipo calificaba como parte de los sacrificios que debía hacer un equipo campeón en la coyuntura de 1949.

Municipal domina en territorio colombiano

El Municipal, en tanto, continuaba su campaña exitosa en Colombia generando una admiración considerable entre los aficionados del hermano país. Equipo enfatizaba que el equipo edil peruano se había convertido en una verdadera atracción, particularmente en la percepción de los hinchas colombianos que consideraban al equipo limeño como lo mejor que habían visto en sus canchas. La delantera integrada por Navarrete, Barbadillo, Semocurcio, Caricho y Guillermo Valdiviés había causado, según Equipo, una «verdadera sensación» en el fútbol colombiano, consolidando la presencia y el prestigio del fútbol peruano en la región.

La publicación destacaba que los jugadores del Municipal estaban percibiendo ingresos económicos significativos durante su gira, aproximadamente 25 dólares por cada encuentro, cifra considerable para la época que refleja el prestigio que había alcanzado el equipo peruano en el circuito futbolístico sudamericano. Estos ingresos adicionales permitían a los futbolistas nacionales experimentar un nivel de remuneración superior al que recibían en el fútbol doméstico, situación que la revista registraba como testimonio del reconocimiento internacional del fútbol peruano.

Más allá del fútbol, Equipo documentaba la carrera del boxeador Antonio Frontado, quien enfrentaba una etapa de inactividad que le resultaba frustrante. En momentos cruciales de su trayectoria en el boxeo, cuando debería enfrentarse a rivales de valor económico y deportivo significativo, Frontado permanecía desocupado. Equipo reportaba que las semanas y meses transcurrían sin competencia, permitiendo que se desperdiciara la extraordinaria capacidad pugilística del boxeador peruano durante una etapa crítica de su carrera.

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El seleccionado nacional también era tema de Equipo, específicamente respecto a la recuperación deportiva de Tito Drago. La revista reportaba debates internos sobre quién merecía ocupar la posición de interior derecho en la formación titular. Juan Lecca había sido considerado inicialmente para esa posición, pero la opinión de la mayoría le confirió finalmente el titular a Drago. Equipo subraya que esta decisión se fundamentaba en criterios técnicos derivados de la forma actual de juego y las cualidades demostradas en competencia.

Los jugadores del Universitario retornaban de su gira por Colombia generando expectativas y también cierta incertidumbre. Equipo reportaba rumores según los cuales los deportistas de la institución «crema» podrían haber incurrido en faltas contra la disciplina durante su viaje, lo que estaría generando medidas correctivas por parte de sus directivas. Estos señalamientos reflejaban la importancia que adquiría la conducta y el comportamiento profesional en el fútbol peruano de 1949.

En el ámbito administrativo y laboral, se informaba que próximamente se intensificarían las actividades de la Asociación No Amateur del fútbol. El sindicato de jugadores proyectaba abordar múltiples temas relacionados con los intereses de los futbolistas profesionales, con especial énfasis en la reducción de las cargas tributarias que pesaban sobre el espectáculo futbolístico. Según la revista, los jugadores consideraban que estas cargas fiscales eran la razón principal por la cual los futbolistas no percibían la cantidad de dinero que el público en general creía que ganaban. Este análisis de Equipo revelaba tensiones profundas en la economía del deporte peruano de 1949.

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La revista cerraba su columna «Comentando» reflejando un deporte peruano en transición, donde convivían la ilusión de jugadores emigrando exitosamente, la consolidación del Municipal en el extranjero, los debates sobre autoridad técnica en el seleccionado, y las crecientes demandas laborales de los atletas profesionales. Equipo, como medio especializado de la comunidad deportiva peruana, documentaba una época en la que el fútbol nacional empezaba a posicionarse como referente en el contexto sudamericano, mientras internamente debatía sus estructuras administrativas, remunerativas y técnicas.

Imagen: revista Equipo